La elegancia está en la uva.

El Rey Juan Carlos tiene entre sus vinos favoritos al Carmelo Rodero Reserva

Carmelo Rodero, dueño de Bodega Rodero con 120 hectáreas de viñedos, visitó el país (Cortesía Estima)
SABINA RODRÍGUEZ |  EL UNIVERSAL
sábado 27 de noviembre de 2010  12:00 AM
Un hombre visionario y apasionado fue el protagonista de la transformación de una humilde cooperativa vinícola de autoabastecimiento a una bodega sofisticada y laureada internacionalmente.

Carmelo Rodero supo sacarle provecho a las cualidades de su tierra, Ribera de Duero. Este pueblo de apenas 160 habitantes, ubicado al sur de la provincia de Burgos en España, ha visto nacer a cuatro generaciones de vinicultores de su familia.

-¿Cómo recuerda su infancia entre viñedos?

-Mi niñez fue la de un chico normal aunque quizás fui un poco más travieso que los demás. Lo interesante vino en la adolescencia cuando, con 14 años, empecé a crear un negocio propio. Mis padres eran una familia de vinicultores humildes y de alguna manera había que ganarse el sustento.

-¿La familia lo apoyó al iniciar su empresa?

-Yo sabía que esto conllevaba un riesgo económico importante y tenía pocas posibilidades de apoyo, ya que mi familia es humilde. No quería arrastrar a nadie conmigo. Si me iba mal, me iba mal a mí, y viceversa. Empecé la inversión en el año 88. Ahora la bodega tiene 20 años y estoy sumamente feliz, porque hay una explotación de 120 hectáreas de viñedos. Podemos presumir del acierto que tuvimos de plantar cuando la gente estaba arrancando las viñas.

-También puede presumir de sus galardones...

-No ha habido un solo vino nuestro que no haya sido premiado. Hasta el Rey Don Juan Carlos manifestó que uno de los vinos que más le gustaba era el Carmelo Rodero Reserva. Es una gran satisfacción personal. Aquí en Venezuela tenemos el TSM, que fue Gran Tempranillo de Oro, en Shanghai 2007, y este año en la Expovinos de Colombia fue el mejor vino de la feria.

-¿Qué cualidades distinguen a sus vinos?

- Las diferencias más importante son dos: el sistema de vinificación y la mano de la enóloga, mi hija Beatriz. Hace cinco años diseñé un sistema de prensado por gravedad único en el mundo. Con mi sistema no se machaca la pepita, porque no utiliza bombas. Eso hace la diferencia. Se nota esa contundencia, esa sensibilidad y esa elegancia que aporta la uva. Luego, a Beatriz la han considerado entre las 10 mejores enólogos más jóvenes de España, lo cual me llena de mucha satisfacción. Es una mujer con experiencia y muy preparada. Yo creo que va a dar de qué hablar en el mundo del vino.

Fuente: http://www.eluniversal.com/2010/11/27/ten_art_la-elegancia-esta-en_2115595.shtml

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