TARJETA DE PRESENTACION DE LOS VINOS ESPAÑOLES: SU ETIQUETA




La mejor tarjeta de presentación de un vino es su etiqueta, es su vestido, su cubierta, su capa. Por eso es tan importante, interpretarla solo así podemos saber que secretos contiene. Por legislación, pos uso y costumbre y por exigencia de los mismos consumidores y conocedores las etiquetas debieran contener los siguientes elementos distintivos:

  • Marca. Es la denominación comercial del vino,  coincidente o no con la bodega que lo produce.

  • Bodega. Es el nombre del productor. Muchas veces acompaña a la marca del vino aunque normalmente es notablemente más pequeña y se encuentra en la parte inferior de la etiqueta.

  • Tipo de vino. La etiqueta también revela si estamos ante un vino blanco, tinto, rosado un dulce, un vino con punto de aguja o un espumoso (que en España, en su mayoría están bajo la denominación Cava y éste término se estampa en la etiqueta).
Si hablamos de los generosos andaluces (Jerez), la tipología incluye fundamentalmente fino, manzanilla, oloroso, amontillado, pedro ximénez y palo cortado.

  • Cosecha. Hoy la mayoría de los vinos que se encuentran en el mercado indican en la etiqueta la añada, salvo los blend (cuvee), caso de muchos espumosos. Al mismo tiempo, la nueva legislación admite su indicación en los vinos de mesa.

  • Variedad o variedades de uva. Con frecuencia es habitual que figure en la etiqueta el nombre de la cepa de la uva o uvas empleadas en la elaboración del vino. Para el caso de vinos españoles las variedades mas utilizadas son: en el caso de blancos: albariño, verdejo, chardonnay, sauvignon blanc, viura o macabeo, moscatel, xarel.lo o garnacha blanca; y en tintos: tempranillo (o alguna de sus sinonimias: tinto fino, cencibel, tinta de Toro, ull de llebre), garnacha, monastrell, mencía, graciano, cabernet sauvignon, merlot o syrah.

  • Vinificación. Aquí se enuncian técnicas de elaboración, fermentación en barrica para vinos que han realizado este proceso en la barrica (normalmente blancos, pero también hay ejemplos de rosados y tintos); maceración con sus lías, cada vez más habitual en blancos que se crían en depósitos de acero para conseguir mayor complejidad y capacidad para evolucionar en la botella; o maceración carbónica para los tintos más jóvenes que fermentan sin despalillado previo, también tipo de crianza y tiempos de guarda.

  • Capacidad, grado alcohólico y embotellador. Menciones obligatorias por Ley. La mayoría de las botellas tienen una capacidad de 75 cl. Pero hay otros formatos, mágnum de 1,5 l., la media botella de 37,5 cl. y las botellas de 50 cl., sobre todo para vinos dulces.  El grado alcohólico se expresa en porcentaje (ej.: 13 % vol.), mientras que el embotellador se corresponde con una cifra numérica más una clave provincial en letra, (ej.: R.E.: 2161/T).

  • Contraetiqueta oficial. Es el sello oficial del consejo regulador de la denominación de origen o región vinícola en la que se inscribe el vino y que actúa como garantía de origen, y por supuesto de calidad. Corrientemente va situada en la parte posterior de la botella o como sello de garantía envolviendo la cápsula.

  • Contiene sulfitos. Otra de las menciones obligatorias, se requiere en todos aquellos productos que contienen más de 10 mg./l. de SO2. Su uso es usual para su estabilización en el tiempo. Sólo algunos elaboradores orgánicos y productores de los vinos naturales prescinden de este elemento.

  • Origen: Generalmente en los vinos españoles se menciona una denominación de origen (D.O. Ribera del Duero, D.O. Rueda, D.O. Jumilla...), una designación de vinos de la tierra (V.T. Castilla, V.T. Extremadura, V.T. Cádiz…) o el indicativo de “vino de mesa”.

La Ley del Vino de 2003 estableció la categoría de vinos de calidad con indicación geográfica que, en la práctica, es un paso intermedio entre los vinos de la tierra y los vinos con denominación de origen; así como la denominación de vinos de pago, de la que en la actualidad existen sólo ejemplos en Castilla-La Mancha y Navarra, y que es un reconocimiento de origen para una finca o propiedad concreta (como por ejemplo D.O. Dominio de Valdepusa).

Existen dos denominaciones de origen de categoría superior o “calificada” en España, que entre otros requisitos especiales exigen que toda su producción se comercialice embotellada. Son Rioja y Priorat. Dentro de ésta última se contempla además la categoría de “vino de finca”, con el mismo sentido que el vino de pago pero no como una denominación independiente sino integrada dentro de la propia D.O.Q. Y más recientemente, se ha aprobado la categoría de “vi de la vila” que es el primer reconocimiento para los vinos de municipio en España.

Algunas denominaciones de origen están divididas en subzonas que pueden estar reflejadas en la etiqueta. Es el caso de Rías Baixas, donde es habitual encontrar la mención de O Rosal o Condado en los vinos elaborados en estas áreas específicas.

  • Crianza: presupone tiempos de guarda en barrica y en botella, sin embargo se han sumado novedosas acepciones: Tales como “roble”, “barrica” y “semicrianza” que pueden considerarse sinónimos y que se refieren a una permanencia variable del vino en roble, pero inferior a la de un crianza. También es posible que se haga referencia directa a los tiempos de guarda: 6 meses en barrica, 12 meses en barrica... algo muy habitual en los vinos de la tierra a los que no se les permite utilizar la terminología de crianza, reserva y gran reserva.


Otros vocablos frecuentes
Cada vez es más tradicional encontrar en las etiquetas términos relacionados con una especial voluntad de calidad y selección por parte de los productores, algunos de los más habituales son: vendimia seleccionada, edición limitada, reserva especial, reserva privada, selección de barricas, selección de añada, selección de la familia, colección privada, cuvée especial…

En alusión a la edad o características del viñedo es costumbre encontrar menciones a la edad de las cepas (cepas viejas, viñas viejas), a la fecha de recogida de la uva (los dulces de vendimia tardía por ejemplo) o citar el nombre del viñedo cuando el vino se elabora a partir de una única finca, viña, parcela o pago.

También se incluyen el origen del roble que utilizan en su crianza, si se trata de Roble americano o Francés cuyos aportes al vino son sustancialmente diferentes; se destaca el último como sinónimo de calidad y prestigio para vinos de alta gama.

Otras menciones
Cada vez con mayor frecuencia se utilizar el reverso de la botella para incluir exuberante información sobre la filosofía de trabajo, de las prácticas que se emplean en el viñedo y del proceso de elaboración, armonía enogastronómica e incluso la temperatura de servicio recomendada. A veces puede ser un enfoque más poética o comercial, pero algunos productores se sirven para dar datos para entender mejor el vino y a disfrutar del contenido de la botella, si resulta conveniente la decantación o el su vino se ha embotellado sin clarificar o filtrar, lo que puede generar posos que no alteran su calidad.

Etiquetas que vale la pena destacar: las del cava y los espumosos

En la vinificación de los espumosos es frecuente mezclar vinos de distintas añadas; y por ello no aparece en la etiqueta. Cuando está mencionada expresamente, significa que se trata de un producto de mayor calidad y que refleja características distintivas s de una cosecha específica de buena calidad, tal vez excepcional.

En cuanto a la guarda, se utiliza el término de reserva luego de los 15 meses de crianza con las lías y el de gran reserva a partir de 30 meses.

La leyenda “método tradicional” se refiere a la elaboración mediante segunda fermentación en botella. Todos los cavas y los espumosos de calidad se elaboran según este método.

Por otra parte, las etiquetas de cava añaden una terminología propia que se refiere al mayor o menor contenido de azúcar añadido en el licor de expedición y que se indica de seguidas.

  • Brut nature: seco, sin adición de azúcar; hasta 3 grs./l. de azúcar residual
  • Extra brut: hasta 6 grs./l. de azúcar
  • Brut: hasta 15 gr./l.
  • Extra seco: entre 12 y 20 grs./l. de azúcar
  • Seco: entre 17 y 35gr./l.
  • Semiseco: entre 33 y 50 gr./l.
  • Dulce: por encima de 50 gr./l.                                FUENTE CONSULTADA: REVISTA TODO VINO