Con la serenidad del transcurrir del tiempo, con la paz de haberte cuidado y dado lo mejor, y del suponer que no sufres más, comienzo a aceptar tu partida, aunque te confieso, te añoro demasiado... me falta tu presencia, tu calor, tu olor, tu compañía e incondicionalidad.
Mi Musa querida, trascendiste, Dios te llamó al cielo evitándote más dolor, quédate tranquila mi Musina, que estaré bien…
Me haces mucha falta pequeñita, has sido demasiado
importante para mi, queda en mi y en nuestra casa mucho recuerdo, hay mucha Musa en todos lados, mucha Musa
para querer todavía. Quedas en mi cama,
en mi cuarto, en cada rasguño de cada puerta, al despertar, en cada ladrido que
se escucha, en el ruido de tu medallita, al momento de comer, de ir a la
siesta, de soñar…
Gracias Linda, por haberme dado tanto amor
durante estos años, gracias por ser compañera silente de una buena parte de mi
vida, de lo bueno y de lo malo, gracias por ser mi cómplice, por elegirme como
amo, por querer estar conmigo siempre, por no quererte ir, por permanecer aún
después de trascender a la inmortalidad. Gracias por irte
en mi ausencia, y no hacerme pasar el dolor de perderte para siempre.
Gracias mi reinita, por tanto, por tanto… Te querré
eternamente, ahora te llevaré conmigo a todos lados, a sitios donde antes no podía, porque estas en mi alma, en mi corazón. Tu vacío no se
llena, al contrario, se agranda al pensar que es en serio, que ya no estas... sólo me compensa tu recuerdo, el
tiempo que pasamos juntas, tu amor inmenso.
Que pena no tenerte, sin egoísmos, era lo mejor para ti... así es la
vida! y con total resignación no me queda más que pensarte, quererte y
recordarte como lo que has sido siempre, mi mejor amiguita, mi compañera de
risas, de muchos ratos, de sentimientos, de soledad.
No hay vino lo suficientemente bueno en el mundo que se te
compare… no conozco un vino que tenga todas tus cualidades...
Hasta siempre mi Musa,
TQMMMMM