La moda del vermú salta de la barra de los bares al salón de casa

 


Los elaboradores señalan que la producción y el consumo aumentan desde hace años impulsados por el interés de las nuevas generaciones

NATALIA P. OTERO

Madrid - 30 OCT 2020 - 08:41 EDT

La producción española de vinos aromáticos de 2019 está valorada en 136 millones de euros.

La producción española de vinos aromáticos de 2019 está valorada en 136 millones de euros. 

Como sucedió con los gin-tonics, el vermú ha abandonado el imaginario común ligado a tiempos pasados, a los domingos después de misa y al humo de cuando aún se podía fumar en los bares, para convertirse en una de las bebidas de moda. Los productores coinciden: el consumo y la producción llevan años creciendo. Detrás de este auge está el interés de generaciones más jóvenes sumado a la apuesta por la calidad y diferenciación del producto y a un cambio de tendencia hacia un ocio más diurno.

Las bodegas Yzaguirre abrieron sus puertas en la provincia de Tarragona en 1884 y 99 años después la familia Salla se puso al frente de la elaboración, a la que tiene tomado el pulso desde entonces. “En estos últimos siete u ocho años ha habido un aumento superior de los que había habido tradicionalmente”, cuenta Josep Salla, propietario y director general. El empresario cifra el crecimiento anual de su producción en un 6% de media sobre un volumen que ronda los casi tres millones de botellas.

“El vermú ha pasado de ser una parte de nuestro negocio, digamos, de muy poca presencia, a tener una importancia notable. Ahora estará rondando el 25%”, afirma Luis Martínez-Lacuesta, al frente de Bodegas Martínez Lacuesta, fundada en 1895 en La Rioja y que produce esta bebida desde 1937. En la última década, dice el director general, han casi triplicado su producción. “Estaba muy de moda. Era un momento de consumo de socialización que en cierto momento se perdió y que se ha recuperado con mucha potencia hace cuatro o cinco años”, comenta Alex Soler Kettlitz, copropietario de Perucchi, la productora más antigua de España, que data de 1876.

La producción de vermú y otros vinos aromatizados se disparó en 2012, según los datos que recoge el INE en la encuesta industrial anual de productos, y continuó creciendo hasta 2017. A partir de ese año desciende ligeramente hasta alcanzar, en 2019, niveles un poco superiores a los de 2016, por un valor de casi 136 millones de euros. Sin embargo, al estar en un segmento con otras elaboraciones, no es posible individualizar qué proporción corresponde al vermú. Esta bebida gozó de buena salud hasta finales de los setenta, según cuenta Joan Tàpias, coleccionista y dueño del Museu del Vermut, en Reus. Su declive vino de la mano de la hegemónica birra. “Digamos que la juventud se dedicó más a la cerveza y el vermú se quedó como bebida de gente mayor”. También tuvo que ver la incapacidad de algunas fábricas de adaptarse a una ley de 1978 que prohibía su venta a granel.

El buen momento del sector también se ha dejado sentir en la vermutería de Tàpias. “Durante cinco o seis años ha ido creciendo cada vez más. Ahora digamos que la gente está acostumbrada a vivir ya con el vermú, no como se hizo en los años cincuenta y sesenta, pero sí hay un gran interés. Sobre todo, de gente de fuera”, comenta.

A pesar de la afluencia de público internacional de la que habla el restaurador, el principal mercado para esta bebida es el español, aunque las casas siguen enviando producto al extranjero. Uno de los países más nombrados por los productores es EE UU, al que llega, sobre todo, como ingrediente para coctelería, pero también están Italia, México, Japón y Suiza, entre otros destinos.

Otro indicador de
que las cosas marchan bien es la aparición de nuevos elaboradores. “No solo nos lanzamos por el momento, sino porque era esa asignatura pendiente que teníamos en nuestra trayectoria”, cuenta Cristina Codesido, creadora del vermú gallego St. Petroni, en el mercado desde 2014. Tras seis años de andadura, su producción y ventas siguen en curva ascendente. En cinco años pasaron de poco más de 20.000 botellas a rondar las 300.000. Antonio Gayoso y su socio lanzaron Bendita Locura, producido en Zamora, en 2019. Siempre quisieron emprender en algún aspecto relacionado con el vino y apostaron por el vermú. “Nuestro miedo era que no hubiese salida de producto”, dice el cofundador. “Cruzamos los dedos porque el crecimiento es exponencial”.

Cuando se busca el porqué detrás de este tirón, el principal motivo parece claro: el interés de las generaciones más jóvenes. Pero no es el único. La innovación, la elevación de la calidad y diferenciación del producto y un cambio de tendencia en el consumo, más orientado al ocio diurno, a graduaciones más bajas y opciones más selectas, son factores importantes. Todo esto se ha traducido en una apuesta por imprimir la identidad de la región en la bebida y por procesos artesanales y diseños más cuidados. También ha fomentado la elaboración de productos que van un paso más allá, como los reserva y los reserva envejecidos, y de nuevas fórmulas, como el rosado.

Esta es una bebida social, dicen los empresarios. “La gente que tenemos entre 25 y 55 años intentamos robar momentos para poder compartirlo con nuestros hijos, nuestra familia y demás. Y la hora del vermú y el vermú son muy transversales”, cuenta Codesido. Salla resalta también su versatilidad. Tal vez es por esta naturaleza social que la hostelería es su principal canal de distribución. Los porcentajes varían dependiendo de la compañía. Algunas están más cerca de la paridad, mientras que otras alcanzan el 60%, 70% e incluso 80% a favor de la restauración. Estos números se han visto alterados este año por el cierre de bares y restaurantes a causa de la covid-19.

Apuesta casera

No obstante, también se toma en casa. Y cada vez más. De mayo de 2019 al mismo mes de 2020, el consumo en hogares de bebidas con vino, entre las que se encuentra el vermú, tanto producidas en España como en el extranjero, alcanzó un valor de 137,8 millones de euros. Esto supone un incremento del 17% respecto al mismo periodo del año anterior, según fuentes del Observatorio Español del Mercado del Vino.

En cuanto al futuro, los empresarios creen que no se trata de una fiebre pasajera. “Yo confío mucho en la categoría. Creo que somos mucha gente la que estamos intentando protegerla, aportando calidad”, asevera Codesido. “No lo vemos como una moda, sino como algo que ya se va a quedar”, dice Soler Kettlitz. “El consumidor busca baja graduación, pero también autenticidad, productos naturales, únicos…”.

Para Martínez-Lacuesta, el futuro pasa por la capacidad de mantener y cuidar la calidad de lo que ya producen, unida a la innovación. Salla se muestra igual de positivo, pero un poco más cauteloso: “No creo que sea una moda, pero toquemos los pies con el suelo”. Y añade que, tal y como está el mercado, hay espacio para crecer, pero no “de forma abusiva”. Gayoso, en su pequeña experiencia, se suma a la idea de que no es algo efímero, y apunta: “Hay que hacer las cosas bien y reinventarse, no dormirnos en los laureles”.

https://elpais.com/economia/2020-10-29/vermu-de-aperitivo-dominguero-a-bebida-de-moda.html?fbclid=IwAR0taTzULKSnHE_daWpYX1wYZSaWZaUJCK-cQjUcQFYqbId5b5RDm5eL2gM

Top 10 wine-related shows to stream while in self-isolation. (Decanter)

If you’re looking for some escapist viewing to whisk you into the picturesque wine heartlands around the world we’ve compiled a list of great wine television series and films to see you through...
Georgina Hindle 
Georgina Hindle
March 22, 2020
  
Wine-shows-stream
Credit: Goran Bogicevic / Alamy Stock Photo
 HighlightsWine films
With millions of people now staying at home, or practicing voluntary social distancing, streaming services such as Netflix and Amazon Prime provide a great way of passing time and ticking off items on your must-watch lists.

There’s an almost endless source of educational and entertaining programmes out there but when it comes to wine the following list, comprising acclaimed documentaries and Hollywood hits, is a few of our favourites…

Sour Grapes
Sour Grapes, 2016
Sour Grapes

If you recognise the name Rudy Kurniawan, the now-infamous wine fraudster, you may have already seen this, if not it’s definitely one to watch.

The dizzying documentary, about the fine and rare wine auction market, chronicles the activities of Rudy’s counterfeiting as well as his relationships with the rich and powerful that helped him sell millions of pounds worth of fraudulent wine through top auction houses.

The scale of his deception is staggeringly large and at times unbelievable. This is addictive viewing about the often hidden, darker side of the fine wine world.

Available on Netflix.

Bottle Shock
Bottle Shock, 2008
Bottle Shock

This American comedy-drama has it all – a famous wine competition that revolutionised the industry, stunning Napa Valley scenery and the excellent Alan Rickman.

Based on the Judgement of Paris wine tasting in 1976, in which Californian wines defeated top bottles from France in a blind tasting, the film follows wine legend Steven Spurrier, played by Rickman, who organised the contest alongside winemakers Jim and Bo Barrett of Chateau Montelena (Bill Pullman and Chris Pine).

While the film is only loosely historically accurate it does a great job of capturing the sense of the occasion at the time and showcasing the excitement and atmosphere of winemaking in California in the 70s.

Available to rent on Amazon.

Somm
SOMM, 2012
Somm

Do you know what it takes to become a Master Sommelier? If not, this in-depth documentary will almost certainly surprise you detailing the notoriously tough process to be able to join an elite group of people worldwide (currently just 269) who have received the prestigious title.

Released in 2012, the film follows four hopeful and determined candidates on their intense MS journey. It delves into their history and backgrounds and the various methods they use to prepare themselves – from flashcards to a personal tasting trainer – for the final Master Sommelier exam, one of the toughest in the wine industry.

It’s a people-focussed documentary but with enough interest to sustain its run time, plus there’s a thought-provoking twist at the end…we won’t spoil it.

Available to stream on Amazon Prime.
Somm Into The Bottle
Somm: Into the Bottle, 2015
Somm Into The Bottle

If you enjoyed SOMM (and there’s two more follow-up films in that series), you might also like In The Bottle which focusses more on wine as opposed to the somms themselves.

Through a series of interviews with sommeliers and winemakers from around the world the film tells the story of wine answering the question ‘What is wine and why does it matter?’.

Ten mini documentaries cover different facets of the wine industry from its history in the old world to modern methods of production and marketing.

Journey through ‘the winemaker’, ‘the vintage’, ‘the wars’, ‘the cost’ and ‘the point scores’ to name a few and look out for the opening of some extremely rare bottles of wine including; Penfolds Bin 60A 1962, Dom Ruinart 1969, Clos Sainte Hume 1962 and Mondavi 1966 – the first wine Robert Mondavi produced.

Available to stream on Amazon Prime.
Wine Show
The Wine Show – Series 2, 2017/8
Wine Show

If you’re looking for a series to get stuck into then this might be the one. Presented by Matthew Goode of Downton Abbey fame and fellow-actor James Purefoy, the enthusiastic wine novice duo give a fresh, informative and engaging take on the world of wine.

From their villa in the Italian countryside, the pair face a different challenge each week while also exploring the best wines Italy has to offer.

Former series 1 presenter Matthew Rhys joins for a recurring section on wine gadgets including ways to keep wine fresh, transporting wine and taking your wine to go.

The show also features international segments from wine experts Joe Fattorini and Amelia Singer as well as special correspondent chef Gizzi Erskine who reports from Napa Valley and Arizona.

If you want, you can start from the beginning with series one featuring 12 episodes plus a finale featuring all the best bits while series two has seven episodes. That’s just 1,000 minutes of escapist wine watching to schedule in then…

Available to stream on Amazon Prime.

A Year in Burgundy
A Year in Burgundy, 2013
A Year in Burgundy

Experience a year in the life of a bottle of Burgundy in this 90-minute documentary from 2011.

With sweeping cinematography and unprecedented access to some of the most renowned winemaking families in Burgundy – including the inimitable Madame Lalou-Bize Leroy owner of Domaine Leroy and formerly co-manager of Domaine de la Romanée-Conti, this is a great way to spend an hour and a half.

The film follows seven illustrious families in the region over the course of a year, delving into the cultural and creative process of making some of the world’s most highly prized, and valuable wines.

It’s played out in four season sections covering various weather factors affecting the grapes and style of the year’s resulting wines – heat, drought, showers, hail, storms and winter cold.

The film is sentimental and Burgundy is affectionately portrayed. It also successfully manages to encapsulate the history and family bonds in the region. Glass of premier cru anyone?

Available to stream on Amazon Prime.

A Year in Champagne
A Year in Champagne, 2014
A Year in Champagne

From the same makers as A Year in Burgundy, director David Kennard is this time uncorking Champagne.

It’s not often illustrious champagne houses open their doors so filmmakers can get a glimpse of what goes on behind the scenes but this documentary offers just that and more.

From small independent producers to Grand Marques Gosset and Bollinger, the film guides viewers through the full spectrum of the winemaking process and showcases the vintners who create the magic in the bottle (and reveal the science behind how it gets there).

It’s informative and entertaining and pairs particularly well with a cold glass of Champagne, naturally.

Oh, and expect plenty of Kennard’s signature spectacular photography showcasing the region in all its glory.

Available to stream on Amazon Prime.
Red Obsession
Red Obsession, 2013
Red Obsession

Narrated by Russel Crowe, this documentary centres around the global Bordeaux phenomenon and the rise of unprecedented demand from Asian buyers.

The film journeys from Bordeaux to Beijing exploring the background of the wine-producing capital – its history and modern-day challenges as well as the notorious counterfeit market in the Far East.

Through interviews with winemakers and chateaux owners – including director Francis Ford Coppola and Chateau Haut-Brion’s Prince Robert of Luxembourg, the film presents the ins and outs of the business, the pressure to produce top-class wines despite vintage conditions and the role of fine wine investment.

Some of Decanter staff even make small background cameos during footage of en primeur week in Bordeaux.

To rent on Amazon.

Mondovino
Mondovino, 2004
Mondovino

For something a little more hard-hitting is the documentary by Jonathan Nossiter that presents a damming, full-bodied examination of the international wine industry.

At 2hr 15mins it’s not the shortest documentary on the list – a 10-part series of the same name has been made for more in depth single episodes, but it’s still worth persevering with as long as you don’t mind the hand-held camera shots.

Covering five continents, the film questions the business practices of big players in the wine industry, at looks at the effect of globalisation on producers in various wine regions around the world.

The film also includes rare interviews with wine critic Robert Parker and famed consultant Michel Rolland.

Available to rent on Amazon.

Decanted
Decanted, 2016
Decanted

Ever thought of starting your own winery? This feature-length documentary might make you think twice.

Decanted shows the process of creating a new winery in California from the ground up and what it takes to break into the highly competitive industry, with no history or credibility.

The film successfully captures the small production, small yields and precision vineyard work taking place at Napa’s top estates and gives an insight into the people who are trying to make their dream a reality.

It’s quite a niche topic, with a specific focus on the plight of a few individuals but if you’re still interested it’s worth a watch.

Available to stream on Amazon Prime.

https://www.decanter.com/wine-news/opinion/the-editors-blog/best-wine-shows-to-stream-while-in-self-isolation-435019/?fbclid=IwAR333PFEju-WKJg4aT9hrSK221tmaQ5ymtKj5oni-t8TP_nCqiElNrMtM8Q

Los vinos del Camino de Santiago


Expositor de la DO León en Portomarín, en la provincia de Lugo. / LEONOTICIAS
Cigales, Ribera del Duero, León y Bierzo participan en una feria en Galicia junto otras DO de la ruta jacobea

EL NORTE ValladolidLunes, 21 octubre 2019, 14:39


Las denominaciones de origen Navarra, Somontano, Rioja, Cigales, Ribera del Duero, León, Bierzo y Ribeira Sacra han participado el pasado fin de semana en la primera feria El Vino en el Camino Francés, que se ha celebrado en Portomarín (Lugo). Las ocho denominaciones de origen por las que transcurre el itinerario jacobeo han demostrado es un Camino de Vino.

La iniciativa del concello lucense, un hito en ese itinerario e integrado en el territorio de la DO Ribiera Sacra, cuenta con el apoyo institucional y económico de la Xunta de Galicia a través de la Consellería de Turismo, y se enmarca en las actuaciones previas a la celebración del Jacobeo 2021, para el que se prevé un incremento histórico del número de peregrinos.

Los peregrinos pueden atravesar viñedos y visitar algunas bodegas en esta ruta jacobea que atraviesa por varias de las denominaciones de origen vinícolas más conocidas del país.

https://www.elnortedecastilla.es/degustacastillayleon/castillayleondevinos/vinos-camino-santiago-20191021143821-nt.html?utm_source=dlvr.it&utm_medium=twitter

24 consejos para ser un buen catador


... En aquella ocasión, dije que la diferencia entre un catador y un bebedor es que el primero utiliza la cabeza y el segundo, el corazón, y así es. El primero analiza y el segundo disfruta. Es evidente que el catador es también bebedor, mientras que el bebedor no necesariamente tendría que saber catar. ¿Quiénes pueden ser catadores? Tanto los profesionales como los aficionados. Al enólogo y/o consultor les permitirá la elección del contenido de los mejores depósitos de almacenamiento, barricas, analizar las diferencias sensoriales que aporta el geoclima, el desarrollo del vino en cada depósito y decidir formas de elaboración. Este tipo de catador es muy diferente ya que busca el defecto para eliminarlo y no tanto el placer hedonista. Al jefe de compras de un supermercado o al propietario de una tienda de vinos, les permitirá la elección de las marcas más adecuadas para sus distintos niveles de mercado; al sumiller, seleccionar las mejores etiquetas para su bodega o carta de vinos; al tiempo que, al crítico vinícola, hacer pública una justa valoración de las marcas. Pero no solo es una capacitación profesional, sino que también es necesaria para el simple aficionado que le servirá para organizar catas hedonistas entre amigos y debatir las diferencias entre los distintos vinos, todo ello como un juego, un divertimento para conocer mejor nuestros dos sentidos menos utilizados culturalmente: el olfato y el gusto.


Así pues, he aquí 24 consejos para ser un buen catador fruto de un trabajo de muchos años probando vinos con algunos patinazos al principio, algunos aciertos, catando vertical, horizontal, triangular, comparativa, tabulando las catas de los demás y, sobre todo, humildad y cautela que la experiencia me ha proporcionado.


1.- LOS SENTIDOS SON TRAICIONEROS


Los sentidos del olfato y, en segundo término, el gusto (este depende en gran medida del primero) son lo suficientemente traicioneros como para no fiarse de ellos al cabo de unos minutos, ya que, para la gran mayoría de los catadores, las emociones se anteponen a los juicios de la cabeza. La objetividad es enemiga de las pasiones o de los gustos personales. No es lo mismo beber lúdicamente que beber para los demás profesionalmente, donde hay que ser más riguroso. El olfato es un sentido de defensa que solo actúa en toda su plenitud al principio del examen. Después, se “relaja” hasta el punto que, si no se le anima con otros aromas de contraste, los rasgos del vino a veces no llegamos a percibirlos como al comienzo de la cata. Un ejemplo común es cuando entramos en una estancia y nos llama la atención un olor que no aprecian quienes se hallan en ella. Unos segundos más tarde, el olfato del visitante se habrá acostumbrado a ese olor y ya no lo percibe.


2.- LOS GUSTOS DE CADA CATADOR


Los gustos personales de cada catador sólo son válidos a la hora de llevarlo a la mesa, con la influencia del escenario y en buena compañía. Gustos nacidos de una inclinación hacia unos determinados vinos que bebe con más frecuencia, afinidad a un territorio o variedad lo que condicionará su cata profesional si lo hace a etiqueta vista y, por lo tanto, debería catar necesariamente a ciegas.


3.- EL ORDEN MENTAL DE UN CATADOR


La forma de ser de cada catador afectará al resultado del examen de un vino y esto no es conveniente cuando se trata de un catador profesional. Un catador no es mejor si posee la cualidad de detectar y distinguir los olores y sabores más ocultos. Esta capacidad, en cambio, es necesaria para el enólogo en su trabajo en la bodega, ya que permitiría solucionar problemas a partir de la localización del defecto en un vino. El catador no nace con esa virtud, sino que se hace a base de probar y probar vinos con un amplio espectro de sabores, texturas y olores. Añadiendo la seguridad, serenidad, humildad, curiosidad e intuición a esta capacitación, habremos construido un catador fiable.


4.- EL “LISTO”


El egocentrismo es uno de los pecados más frecuentes entre los que quieren demostrar que saben más de lo que realmente saben. En un grupo de catadores, siempre existe el "listo" que entiende que los demás están pendientes de él. En su subconsciente, aparece esa necesidad de discrepar con el resto porque, en caso contrario, no sería un líder. Todas estas sensaciones le dan un papel protagonista y le distrae en la percepción del vino a examinar, cometiendo errores de bulto. Para este género de catadores es difícil aceptar la corriente de opinión de los demás, porque de este modo su discurso pasa más desapercibido. Confunden la cautela de sus compañeros con la inseguridad. Este fenómeno, curiosamente, no se da en las catadoras, las cuales, en general, son más prudentes y humildes.


5.- NO DISTRAERSE INDAGANDO LA MARCA


Es frecuente en muchos catadores en grupo. Tan pronto olfatea el vino, se la juega asegurando la marca del vino, con fracaso estrepitoso en muchas ocasiones. Esa impaciencia por ser el primero en acertar distrae los sentidos. Son los charlatanes de la cata, auténticos exhibicionistas, llegando, incluso, a expresar sentencias y, a veces, sus diagnósticos verbales no coinciden ni siquiera con sus propios análisis escritos en otro ambiente más cercano e íntimo, debido a que se producen en un estado de indagación permanente sobre lo que hacen y piensan los demás catadores y apoyándose en su intuición, que en ocasiones falla.


6.- NO A LA CATA FLOREADA


Es mejor un catador seguro en la localización y descripción de cuatro o cinco conceptos de un vino. En mis primeras andadas, me daba vergüenza reseñar apenas cuatro o cinco términos floreando la cata con excesivos vocablos. Un catador utilizará términos objetivos que generalmente serán coincidentes con las apreciaciones de los demás como carnoso, flaco, equilibrado, potente, cerrado, tostado, complejo, etc. En cambio, deberá utilizar lo menos posible los términos subjetivos que evoquen nombres de hierbas, frutas, especias como notas de laurel, cítrico, brea, etc., es decir, un retrato rico y floreado en palabras, que difícilmente serán las mismas cuando repita la cata. Sólo coincidirán esas "cuatro palabras", que son las que perduran, aunque se caten 80 vinos de una atacada. En la cata subjetiva, deberá utilizar términos comprensibles por todos. Por ejemplo, en vez de utilizar vocablos como aromas de brioche u hojaldre de Nicanor para definir un vino de cremosidad de la barrica y que el catador reconoce fácilmente, es mejor definirlo genéricamente como aroma a bollería o pastelería. Si os fijáis, las catas de la Guía suelen ser “aburridas” pero efectivas, ya que se utilizan pocos términos pero los más definitorios y comprensibles por todos.


7.- LOS QUE ACIERTAN LA MARCA


Quienes aciertan con la marca de vinos no necesariamente son catadores, sino conocedores de un determinado número de vinos que beben con frecuencia bien por su inclinación personal hacia ellos, o bien por su trabajo de sumiller delimitado al número de marcas que figuran en su carta.


8.- LA FORMA DE PUNTUAR


La diferencia entre un catador novel y un experimentado es que el primero puntúa más bajo por su mayor inseguridad y falta de experiencia en beber grandes vinos que le sirvan de referencia, y que nada tiene que ver con la baja puntuación de la mayor exigencia y rigor que acostumbra a plasmar los enólogos.


9.- HUMILDAD


La humildad es un estado superior de conocimiento del vino. Es resultado de haber cometido errores en la valoración e identificación de un vino, cosa harto frecuente. Los errores que he cometido durante mi trayecto profesional me han hecho ser humilde en mis diagnósticos. He aprendido más con los errores que con los aciertos. He conocido grandes catadores que, en general, son humildes, serenos y vocacionales, conscientes de que los demás nunca perdonarán una equivocación y, en consecuencia, evitan el riesgo.


10.- CURIOSIDAD


Es el factor que mueve a conocer los vinos por sus características y no por su calidad. Es una de las virtudes principales de un catador. Conviene adquirir botellas de los lineales del supermercado y de los anaqueles de calidad para evitar ser demasiado crítico con los vinos baratos e indulgente con los vinos de culto.


11.- DECISIÓN AL PRIMER GOLPE


La primera impresión es la que vale. Hay que acostumbrarse a valorar el vino con dos rotaciones de la copa y de inmediato, aunque la ficha de cata quede pobre de adjetivos. Acordaos del punto 1 del listado. No os distraigáis en la correlación con otros aromas. Tan pronto olemos el vino, lo primero que percibimos es su equilibrio, su personalidad, sus defectos y su potencia olfativa. Todo el tiempo de más que empleemos nos podrá confundir en el diagnóstico.


12.- CINCO VINOS A CATA CIEGA Y A CATA VISTA


Para comprobar el estado anímico del catador, conviene realizar dos catas por orden de preferencias con cinco vinos: una ciega (deberá ser la primera) y otra a etiqueta vista sin conocer los resultados de la primera. Después cotejar las desviaciones entre los dos exámenes.



13.- PUNTUAR CON FICHA Y SIN FICHA


Si manejáis las fichas de cata con valoraciones parciales (vista, olfato y gusto), haced primero una evaluación global del vino dando una puntuación total que creáis justa antes de rellenar los parciales. Si tenéis agilidad matemática, vais distribuyendo los puntos empezando por la calidad olfativa, después la gustativa, seguido de la potencia, persistencia y franqueza, tanto en nariz como en boca. Todas las casillas deberán sumar el total reseñado en primer lugar. Si puntuáis conforme a las reglas oficiales, veréis que, generalmente, las valoraciones son más bajas y menos reales en relación a la impresión que cada uno tiene del vino que cata. Hoy prácticamente el color de los vinos alcanza la plenitud, por lo tanto, deberá puntuarse con el valor máximo. No os empeñéis en valorar menos un vino si su color no es el típico. Por ejemplo, de Toro o Priorat, si su color no es el intenso que históricamente lo ha definido. Lo importante es juzgar su calidad, complejidad y que refleje su terruño.


14.- OJO CON EL PRIMER VINO DEL DÍA


Generalmente, el primer vino del día nos parece menos expresivo. Por ello, es conveniente realizar una cata de adaptación con un vino. Un sistema que se utiliza en los concursos para definir parámetros. Otro procedimiento es colocar como modelo comparativo un vino puntuado el día anterior después de catar 10 vinos.


15.- PUNTUAR RESTANDO MEJOR QUE SUMANDO


Los grandes catadores internacionales suelen restar puntos al vino calificando la nota máxima y, a partir de ahí, ir restando en función de las carencias del vino. Posiblemente la puntuación no será tan baja y posiblemente más ajustada a la realidad.


16.- NO DEJARSE SEDUCIR POR LA POTENCIA DEL VINO


La potencia de un vino en un rasgo unidireccional (fruta si es un vino joven o especias si es un vino criado en roble), no es un factor valorable si no está acompañado con otros rasgos. Hay que puntuar el equilibrio de esos matices. La armonía o equilibrio del vino es como un acorde musical de las diez teclas de un piano sonando a la vez con las dos manos. Si sobresale o falta una, malo.


17.- LA BOCA ES LA CONFIRMACIÓN DEL OLFATO


Hoy es muy raro que un vino con una calidad olfativa notable no se corresponda con un equilibrio táctil en la boca, de tal modo que el examen olfativo se lleva el 80 por ciento de la valoración. Hoy, debido a la elevada calidad media de gran parte de las marcas, es muy difícil encontrar vinos cuya acidez se dispare o, por el contrario, dé acidez baja. En cuanto a los taninos, si son marcados en un vino con una vejez no superior a 2 años, hay que considerarlo como algo normal. Si el exceso tánico se debe al roble, el olfato detectará el exceso de la crianza.


18.- OLVIDAOS DE LA FRASE “ESTE VINO MEJORARÁ CON EL TIEMPO”


Es una expresión repetida hasta la saciedad que viene de los tiempos cuando los vinos se embotellaban “menos hechos” con pH bajos, con una acidez marcada y taninos muy incisivos. Hoy, los vinos generalmente solo mejoran a los pocos meses del embotellado cuando los aromas resucitan y el roble se haya integrado en el vino. Un roble que hoy día tiende a ser menor que antes con uvas se vendimian más maduras y, por lo tanto, los taninos están blandos y dulces. Después los vinos no “mejoran” sino que “cambian”, es decir, pierden algunos atributos de la fruta y los sutiles elementos minerales para ganar en elementos especiados de la crianza tanto en barrica como en la botella.


19.- ANTES DE ENTREGAR LAS FICHAS DE LA TANDA


Debemos realizar una olfacción rápida a la batería de vinos para confirmar o retocar la puntuación. Los vinos ya llevan unos minutos en las copas y, por lo tanto, es normal que se produzcan ligerísimos cambios.


20.- CÓMO VALORAR VINO DELANTE DE SU AUTOR


Es una situación algo incómoda en la que tenemos que cuidar los términos para ser objetivo sin que duela. Pero jamás debemos dar una opinión demasiado indulgente arrastrada por el escenario (la bodega) que suele ser propicio para las emociones. El primer consejo es responder con una pregunta: "¿has vendimiado algo tarde, no?". Una opinión que pudiera nacer ante un vino con escasa expresión frutal debido a un exceso de maduración. Otro ejemplo: si el vino de la cosecha 2013 está corto de nariz o muy cerrado: ”¿Veo que el vino lleva poco tiempo embotellado, no?". La posibilidad de que sean ciertas las dos observaciones es de un 80 por ciento. Si no es así, no importa, al menos es posible que tus observaciones no estén muy alejadas de la realidad.


21.- CATAR VINOS VIEJOS


Cuando uno se enfrenta a una batería de vinos cuya vejez sobrepase los 20 años, es fácil dejarse seducir por el valor que se le da al vino que resiste el paso del tiempo, de tal modo que solemos ser algo indulgentes en la puntuación. No han que confundir un vino viejo con un vino “viejuno” que, sin tener un defecto claro y con las características comunes con la vejez ortodoxa como son los aromas a cuero, cera y madera vieja, resulta sin embargo plano, sin matices, sin expresión. Los vinos viejos no son mejores, pero sí diferentes. Ganan atributos como es la complejidad de los aromas terciarios de reducción en botella y la redondez de sus taninos, pero pierde la complejidad frutal. En la medida que un vino viejo mantenga sutilmente ambos atributos será el valor más importante.


22.- ORDEN DE CATA


A mí me enseñaron que el orden de cata debía ser primero los blancos, después los rosados y a continuación los tintos, dejando para el final los vinos viejos tanto blancos como tintos. Sin embargo, mi experiencia me dice que el orden debe ser justo al revés. Me explico.


La potencia frutal que indudablemente tendrá un vino más joven en comparación con uno viejo puede hacernos parecer que este está algo evolucionado. La fruta, por su mayor potencia y condición acidulce, recrea y llena el paladar de tal forma que nos impide recoger los sutiles matices de la vejez al probar a continuación el vino viejo.


Esta sería la secuencia:


Predominio terciarios


1. Tinto viejo (sutilidad, especias, redondez, aterciopelado…)


2. Rosado viejo (sutilidad, especias, ligereza, frescura térmica)


3. Blanco viejo (en contraste con el tinto, está la frescura de su temperatura inferior, pero destacando los atributos semejantes a los del tinto)


4. Vino espumoso viejo


Predominio primarios


5. Tinto joven


6. Rosado joven


7. Blanco joven


8. Vino espumoso joven


Final


9. Vinos rancios, olorosos, amontillados.


10. Vinos finos y manzanillas


11. Vinos dulces.


Los buenos vendedores de vinos suelen ejecutar esta práctica porque los vinos viejos no anulan a los vinos jóvenes por su potencia y frutosidad, y sí al contrario.


23.- CÓDIGOS PERSONALES


Para aquellos catadores muy celosos de sus anotaciones e impedir el reojo del compañero de cata, aconsejaría que utilizara códigos de identificación personal de las catas a base de signos, números o figuras. Después los traduciría en casa con los términos usuales.


24.- EL IMPACTO DEL ROBLE


El paladar del español por el uso histórico del roble por parte de la bodega nacional está más habituado al sabor del roble. Gran número de consumidores todavía asocia gustativamente la madera al vino. Sin embargo, los nuevos tiempos de menos concentración y madurez frutal están obligando a las últimas hornadas de enólogos a reducir los tiempos de permanencia del vino en estos envases, la utilización de otros materiales menos agresivos, como el cemento y la arcilla, así como también el reencuentro con las barricas viejas, toneles de 500 litros y viejos fudres. Sin embargo, la gama de vinos entre los corrientes y los de culto todavía el enmaderamiento campa por sus respetos.


En una cata, el roble se detecta entre los primeros vinos de la sesión. Tan pronto hemos superado los 10 vinos, los rasgos de la madera se perciben menos, ya que las papilas se saturan por las sensaciones tánicas del roble y, olfativamente, los matices de ebanistería parecen diluirse. Es conveniente olfatear una copa de vino tinto joven con cierta fuerza frutal y sin roble y comparar. Incluso se debe enjuagar la boca con vino blanco muy neutro mejor que con agua gracias al alcohol.




http://jpenin.guiapenin.wine/blog/art%C3%ADculos/2019/junio/24-consejos-para-ser-un-buen-catador/

VITRAL PROYECTO DE BODEGAS OTAZU Y EL MAESTRO PLÁSTICO VENEZOLANO CRUZ DIEZ


http://vitral.otazu.com/pre-venta/

PROYECTO
VITRAL
2013-2042
El nombre Vitral se inspira en las ventanas de alabastro de nuestra sala de Barricas y la obra del artista venezolano Carlos Cruz-Diez, cuya obra se basa en crear experiencias a través del color, el espacio y la luz. Vitral alude, precisamente, a las atmósferas cromáticas que trazan los vitrales de una catedral, recintos que, más allá de lo religioso, son espacios donde el hombre conecta con lo sublime y lo espiritual.




30 años

Un proyecto “que no transcurre en el presente sino es una aventura en el tiempo, en el futuro”

-Carlos Cruz-Diez









El proyecto Vitral Otazu es el resultado de un trabajo en conjunto entre Bodega Otazu y Articruz, el taller de Carlos Cruz-Diez en Panamá, desde donde el artista y su equipo realizaron los diseños, pruebas y prototipos, hasta llegar a la propuesta final. El resultado es una serie de obras numeradas con armonías de colores distintas para cada añada.

Cruz-Diez propuso un diseño integral que incluye unas Cromointerferencias especialmente pensadas para las botellas de Vitral Otazu. En estas obras, diferentes capas de líneas generan colores que no están en el soporte y que se modifican ante la mirada del espectador. El arte del vino y el arte del color se unen para crear una experiencia única en cada botella.




El proyecto Vitral de Otazu supone el inicio de un compromiso y de una colaboración a treinta años vista entre Bodega Otazu y el artista venezolano Carlos Cruz-Diez, quien ha diseñado treinta obras diferentes llamadas Cromointerferencia Otazu. Cada una de estas piezas acompañará las 30 añadas del Vitral, desde la primera, en 2013, hasta la última en el año 2042. En este extraordinario proyecto se trascienden la experiencia vinícola y la artística.

“Cuando Bodega Otazu me contactó en 2013 para que los acompañara en esta iniciativa, decidí crear unas Cromointerferencias para celebrar la singularidad de la edición limitada de este vino icónico y emblema de la Bodega que es el Vitral”. – Carlos Cruz-Diez




SOBRE LA OBRA
Cromointerferencias Otazu


Entre sus numerosas investigaciones sobre el color, Carlos Cruz-Diez ha escogido adaptar Cromointerferencia (1964) para el empaque de Vitral de Otazu. El resultado es una serie de diferentes armonías de color para cada añada, especialmente diseñadas para este proyecto en colaboración con Bodega Otazu.

Las Cromointerferencias de Cruz-Diez se componen de dos capas: una secuencia de líneas paralelas de colores acomodadas verticalmente como capa base, y un patrón de líneas negras que crea la interferencia sobrepuesta.

El movimiento creado por el patrón superpuesto produce un efecto de volumen que hace que los colores de los módulos se iluminen y cambien. Según Cruz-Diez, este trabajo es un “prisma falso”, ya que reproduce los colores en el espectro de luz mediante el uso de la segunda capa de líneas negras.






SOBRE LOS FORMATOS

CAJA DE 1 y 3 BOTELLAS




Comenzando con la añada de Vitral de Otazu 2013 y hasta la 2042, se editará una Cromointerferencia distinta que irá plasmada tanto en las cajas como en las botellas del vino. El coleccionista que siga el proyecto a través de los años obtendrá una obra monumental que funciona como una rayuela con la que, mediante unos sistemas de imanes y sujeciones, es posible interactuar y articular, como si de un organismo vivo se tratara, cambiantes estructuras que siguen unas guías creadas por el propio artista.

El conjunto de la botella, así como su caja, en edición de 1 o de 3 botellas, crean una propuesta espectacular que la convierten en una de las ediciones de vino más exclusivas y bellas que hay actualmente en el mercado. Tanto la botella como sus cajas fueron diseñadas por el Maestro y están firmadas, numeradas y cuentan con su certificado de autenticidad.





CAJA DE 1 BOTELLA





POSIBLES CONFIGURACIONES A MEDIDA QUE AVANZA LA COLECCIÓN





APILAR




HEXÁGONO



COLECCIÓN DE OBRAS DE 3 BOTELLAS



Separadas del estuche, las Cromointerferencias se pueden, con un sistema especial de imanes, montar en la pared siguiendo un patrón concebido por el Maestro venezolano. Después de 30 años, el resultado es una obra de 2.10m x 1.80m compuesta por las 30 Cromointerferencias individuales. Este obra es manipulable y admite 90,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000 posibilidades diferentes. El diagrama de abajo muestra sólo 1 de ellas.







VITRAL DE OTAZU



2013





70% – Cabernet Sauvignon
30% – Merlot





Octubre de 2013



27 meses
Barricas de roble francés



Fecha de embotellado:
18 de mayo 2016






Denominación de Origen
D.O.P. Pago de Otazu

Dentro del Pago elaboramos vinos pensados para gente que se deja llevar desde la experiencia y la sabiduría, y se regocija en el placer de disfrutar vinos con imponente personalidad.

La denominación de Pago es la máxima categoría que puede obtener un viñedo en España, superior a la Denominación de Origen Calificada. Dicha categoría solo se concede a viñas con un clima y terruño excelentes, y cuya cuidadosa elaboración convierta estas cualidades intrínsecas en vinos extraordinarios.


MÁS INFORMACIÓN








El artista franco-venezolano Carlo Cruz-Diez (Caracas, 1923) es una figura esencial de los movimientos de arte cinético y óptico, los cuales promueven la “difusión de la inestabilidad de la realidad” al poner el movimiento y el espacio en el corazón de las obras de arte.

Su investigación plástica, basada en cuatro condiciones cromáticas -sustractiva, aditiva, inductiva y reflexiva-, ha provisto al mundo del arte de una nueva manera de entender el fenómeno del color y expandiendo su campo perceptual de gran manera. El trabajo de Cruz-Diez gira al rededor de el color concebido como una realidad autónoma, carente de anécdotas, en el presente perpetuo avanzando en el espacio y en tiempo sin pasado ni futuro.


DOCUMENTAL


Igualmente hemos realizado un bello documental con el Maestro Cruz-Diez en donde él mismo explica el por qué de su participación en este proyecto. Según sus propias palabras esta “aventura no transcurre en el presente sino es una aventura en el tiempo, en el futuro”.