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El Arte de Seducir y una copa de vino
Siguiendo mi Teoría de la Sinergia Sensorial o Armonía de conjunto, es para mí inspirador el pensar ¿cómo a través de una copa de vino se puede lograr seducir a una persona?... seducir en el sentido más amplio, en aquel que se refiere al arte de consentir los sentidos, de dar el mejor y mayor de los placeres sensoriales. Para escribir este artículo, quise documentarme en el Libro del Arte de la Seducción de Robert Greene, quien sabiamente nos da las reglas a seguir para la seducir, me valgo de sus metáforas, para llevarlas al plano del vino, que es el que me interesa, y a mi humilde conocimiento y experiencia en este tema.
Sin seguir al pie de la letra sus pautas, pero sí mis instintos, iniciaría la función preparando premeditadamente el encuentro, procuraría una cena con platos y vinos exquisitos, manjares cuidadosamente elaborados sin cantidades extravagantes pero si suficientes, entradas diversas como ostras, pate de foie, scargots, ceviches variados, y salmón ahumado, seguido de la protagonista: una langosta termidor o grillé con mantequilla, y de postre…crepes suzettes… acompañaría cada exquisitez con un vino, que serviría en las copas apropiadas y siempre a la temperatura adecuada…para las entradas, iniciaría la velada con el aperitivo por excelencia, el Champagne, quizás un Moet & Chandon Rosé, o un Brut Imperial de la prestigiosa casa, para después sugerir una copa de mayor complejidad, como podría ser un Krug Cuveé Prestige vintage 1996, o la solemnidad de una copa de Dom Perignon; luego para el dulce, tendría listo un Champagne Demi Sec con reputación.
Buscaría crear un ambiente que invite a la seducción cuidando cada detalle; nada más apropiado que una cena íntima, ambientada con una música distinguida, una mesa elegantemente servida, iluminada con velas, adornada con rosas rojas…cuidaría que la temperatura ambiental esté ligeramente fría de modo tal que invite al acercamiento, pero lo suficientemente cálida, que permita la relajación, usaría un alumbrado con luces indirectas, y brindaría al encuentro de un champagne refinado y elegante en una cubeta de hielo, listo para ser servido en las copas de rigor… Inmediatamente lo serviría!!
Cuidaría por supuesto, mi apariencia, trataría de lucir impecable, con mi mejor vestido, con el perfume de gala, siempre sutil y sencilla… luciría mi mejor sonrisa y actitud para el encuentro... Preparado el entorno, me quitaría el reloj para perder la noción de su paso, apagaría el celular y todo elemento perturbador, y me dispondría a disfrutar de la velada sin distracciones, sin ocuparme del tiempo, ni de mañana. Le daría toda la importancia a cada instante, para catar con todos mis sentidos este momento a plenitud!
Una vez llegado el tiempo, reluciría mis encantos gradualmente, sin prisa... alejaría toda conversación que se refiera a problemas cotidianos, e incitaría las referidas al ocio y al placer. Sería sugerente sin ser directa, usaría gestos sutiles, fascinantes y poco reveladores, sería tal vez contradictoria en mi forma de actuar y de hablar, de modo tal, que confunda, pero a la vez se despierte más el interés.
Buscaría la debilidad a través de la promesa de lo prohibido, la incertidumbre del porvenir. Sorprendería, con una deliciosa sensación de espontaneidad, de forma tal que nunca se espere lo que viene. Brindaría por el hoy y por momentos como el presente, con la promesa y esperanza de que se repitan.
Diría lo que quiere oir, con dulces palabras, creando ilusiones y sueños, erigiendo fantasías… Fantasías que nutriría con cierta inconsecuencia, y cambios inesperados, ausencias calculadas… incitaría a desacuerdos, para luego buscar una reconciliación, pues nada aviva más la llama de la pasión, que sentir el riesgo de la pérdida del ser querido.
Después, iría más lejos de lo imaginado...
Siempre mostraría seguridad en mí misma, en ello, el vino contribuiría a mis propósitos, pues desinhibe y desata pasiones. Nunca forzaría el contacto físico, pero sí conduciría el momento a que se sienta el deseo inmenso… el anhelo de placer. Culminado el encuentro, me serviría de una ausencia temporal, para aumentar el valor y que se codicie la presencia… al igual que se codicia la última copa de vino… Santé!
Roberto Bottega se inspiró en el Mundial para recorrer un festival de sabores
EL UNIVERSAL
martes 6 de julio de 2010 12:00 AM
martes 6 de julio de 2010 12:00 AM
Ciudad del Cabo.- La imaginación lo puede todo. El fútbol también. Si la selección española que compite en el Mundial de Sudáfrica fuese un vino, sería un tinto de clase, una mezcla de cepas de mataró, cabernet franc y tempranillo, con un toque de cabernet sauvignon para reflejar su elegancia y ritmo; así lo explicaría Roberto Bottega, un inspirado viticultor que se dio a la tarea, en su Sudáfrica natal, de estudiar a ocho selecciones mundialistas para luego mezclar distintas cepas hasta conseguir la combinación perfecta en textura y sabor que evoque el juego de esos hombres en cancha.
Argentina, eliminada por goleada 4-0 en cuartos de final por Alemania, en cambio -también con la filosofía de Bottega como fuente- sería un vino frutoso y con carácter, con uvas de shiraz y malbec sobre un cuerpo de nebbiolo, petit verdot, cabernet franc y sauvignon, dándole un gran aroma.
El vitivinicultor, cuya familia es dueña de la viña Da Capo, ubicada a las afueras de Ciudad del Cabo, creó distintas mezclas de vinos para reflejar a ocho de las selecciones presentes en la Copa del Mundo, como parte del festival del vino de Stellenbosch.
"Primero pensé en las cualidades de los jugadores y luego intenté alinear eso con el carácter de las distintas cepas. El merlot, por ejemplo, es como un mediocampista elegante", dijo Bottega, según refiere la agencia de noticias Reuters.
Las Rutas del Vino de Stellenbosch, fundadas en 1971, son una de las mayores atracciones turísticas de Sudáfrica.
En la actualidad, las Rutas del Vino representan a más de 200 productores de uvas y vino dentro de los límites de la clasificación de vino de origen de Stellenbosch. La Ruta del Vino se divide en cinco subrutas.
Bottega, conocedor de vino, del fútbol y del negocio, aprovechó la oportunidad del Mundial para ofrecer esta curiosa propuesta, que fascinó a más de un visitante del tradicional festival sudafricano.
La mayoría de las bodegas ofrecen diariamente degustación de vinos, recorridos por las bodegas y venta de sus productos, y muchas de ellas cuentan con restaurante e instalaciones para picnic, indica la página web oficial de esta atracción, que presenta además diversidad de opciones.
Bottega estimó en su investigación que las famosas uvas sudafricanas Pinotage le dan al vino la fuerza y la firmeza que los defensores le deben dar a un equipo. Mientras más defensivo el equipo, más fuerte la mezcla. Mientras más ofensiva la escuadra, más frutoso.
"En el papel, Inglaterra es un clásico vino de Burdeos. Se supone que son buenos, pero a veces pueden llegar a ser aburridos", dijo Bottega.
Argentina quedó eliminada del Mundial tras perder con Alemania, pero de los cuatro finalistas: Uruguay, Holanda, España y Alemania, Bottega ha preparado vinos de todos, excepto del equipo sudamericano que hoy dirimirá con los holandeses el pase a la final.
Con respecto a la calidad de las mezclas -y sin ánimo de suplantar al ya famoso pulpo Paul-, el productor de vinos nombró a España como el claro ganador, mientras que el vino holandés logró el segundo puesto.
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