Hace unos días tuve el inmenso placer y privilegio de asistir por primera, y seguro que no última, vez al Gran Premio de Fórmula 1 en Sao Paulo, Brasil. Les cuento que la experiencia es excepcional, única y repetible! Decidimos tomarnos esta especie de carnavales de 4 días en Noviembre, hicimos una pequeña maleta, liviana en ropa, pesada en ilusiones y expectativas, todas y más que cumplidas.
Siempre he pensado que todo lo bueno no es casual ni gana la fama de gratis, y es así, en todos los eventos deportivos, culturales y artísticos, y éste caso no fue la excepción.
Desde
que llegamos se transpira por cada poro adrenalina, emoción, ansiedad de
victoria, velocidad, ruido que lejos de molestar te entusiasma, al punto que
acelera al mismo ritmo tus latidos, tu corazón.
Desde el mismo sábado, día en que tuvimos la oportunidad de ver los entrenamientos individuales, la llamada pole position, o carrera clasificatoria, y los pits, la emoción nos invadía, la novedad y el agradecimiento de estar allí, la organización y la seguridad, la afortunada locación que nos correspondió ocupar, en fin todo y cada detalle valió la pena. No quería que el tiempo transcurriera, como quería que se congelara ese domingo.
Desde el mismo sábado, día en que tuvimos la oportunidad de ver los entrenamientos individuales, la llamada pole position, o carrera clasificatoria, y los pits, la emoción nos invadía, la novedad y el agradecimiento de estar allí, la organización y la seguridad, la afortunada locación que nos correspondió ocupar, en fin todo y cada detalle valió la pena. No quería que el tiempo transcurriera, como quería que se congelara ese domingo.
Por
mi género, no entendía demasiado de las carreras, eso de la F1, en especial,
por tv los domingos en la mañana, con ese ruido que parecían mosquitos que me
despertaban incesantemente, no era nada atractivo para mi. Que poco sabía, y que increíble que uno no
valora ni aprecia lo que no sabe, ni lo que no ha vivido… Ahora, me encantaría
ir a cada carrera, sentir la ansiedad de la victoria, la emoción de cada
vuelta, de la velocidad… eso es adictivo!
Ya la entendí, ya no será lo mismo para mi, ya será una remembranza de
cuando estuve, una ilusión de estar allí, de volver….
El
ver transitar frente a ti a Alonso, a
Vettel, a Button, a otros tantos pilotos valientes quienes se juegan la vida
cada minuto, conduciendo máquinas casi perfectas a velocidades que alcanzan a
veces hasta 300Kms/h, es sencillamente INCREIBLE!... El sonido de los motores,
los cambios de velocidad, las curvas, los adelantamientos, las estrategias de
equipo, las dificultades que sortean cuando llueve, en fin, todo está tan
perfectamente sincronizado que uno ni se lo imagina, ni mucho menos concibe.
El
mejor combustible de la carrera es la adrenalina. La clasificación del
campeonato en si, estaba muy cerrada, en la tabla, apenas Vettel, en la individual tenía 13 ptos de ventaja
sobre Alonso de Ferrari, hubo momentos que llegó a reducirse la brecha quedando
con 1 pto de diferencia.
Mi
favorito, Alonso, por ser español, y de la escudería Ferrari. Hizo una gran carrera, salió de 7mo y llegó
de 2do, con un carro, que según los entendidos, tenía sus desventajas
comparativas.
Finalmente
ganó Button, merecida victoria, seguido de mi admirado Alonso y Massa,
conductor local compañero de equipo. El
público, loco de emoción los ovacionó hasta más no poder. Yo afónica de euforia, esperaba la
premiación. Quedó de segundo en la tabla
individual, de primero para mi…
Resultados Carrera:
25/11/2012
- 1 Jenson Button - Mc Laren - Mercedes(1:45:22.656)
- 2 Fernando Alonso - Ferrari(+ 2''734)
- 3 Felipe Massa – Ferrari(+ 3''615)
Llegó
el momento de la celebración, como es costumbre la respectiva mega botella de
Champagne, la Cordon Rouge de Mumm, Jerobuam, y entonces me pregunté, de donde
vino este ritual, que de seguidas les cuento...
La historia de Champagne en la F1 se remonta al año 1950. Se corría el Gran Premio de Francia en Reims, Juan Manuel Fangio ganó, y Pablo Moët Chandon y su primo el conde Frédéric Chandon de Brailes le ofreció un Jeroboam de Moët Chandon. En aquella época, las botellas no se abrían, incluso en el podio.
Fué en el año 1966, y se celebraba en Francia, las 24 Horas de Le Mans. Resultó vencedor Jo Siffert a quien regalaron un Moët Chandon al subir al podio. Sin darse cuenta salió el corcho de la botella de champagne recalentado, mojando a los espectadores de abajo. Al año siguiente, Dan Gurney, en un éxtasis de euforia y alegría, sacudió y descorchó la botella de champagne rociando a todo el mundo que tenía delante.
Lo inesperado y original se apoderó del momento, el público acompañaba con gestos de alegría al piloto. Este acto marcó un antes y un después en la celebración ante la victoria de cualquier piloto hasta la época. Desde entonces el ritual se repite.
Hoy en día, Champagne GH Mumm (Georges Hermann Mumm )ha renovado su contrato que desde el año 2000, tiene con la Formula 1, para continuar siendo el Champagne oficial del Campeonato de Formula 1, uno de los eventos más vistos del mundo. En la actualidad son muchas las marcas que quieren hacerse con este contrato, ya que ven una fuente de marketing importantísima, pero ninguna lo consigue.
Desde su creación en 1875, G.H. Mumm Cordon Rouge es uno de los mejores champagnes de origen únicamente francés que se conoce, por su autenticidad y elegancia, y por protagonizar escenas de cine históricas y momentos especiales en la vida de muchos.
En las paredes de "La Maison", son recelosos a la hora de decir todo lo que les reporta la Formula 1 y de la renovación de su contrato. Como dicen en Francia, "le plus grand secret".
Ahora nos queda buscar una botella como esa, enfriarla… correr por las calles de Caracas, y al llegar a casa sanos y salvos, descorcharla por haberle ganado una carrera a la adversidad y a la rutina!
Santé!
http://www.ghmumm.com/#/vene/formula1
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