Mayo, mes de la virgen, de la madre, de las flores, mes que me llena de energía e ilusiones, que me llena el espíritu con ganas de vivir… Hoy quiero dedicarle estas líneas a mi madre, persona que ha guiado pacientemente mis pasos, copartícipe de mis virtudes, cómplice de mis secretos, consuelo de mis derrotas. Quien, ha sido el motor de mi familia, el corazón que late cada día y nos empuja a vivirlo, como si fuera el penúltimo.
Emocional por esencia, jovial, compleja, de recio carácter y verticales principios, siempre nos recuerda el necesario equilibrio de la vida, el saber lograr y detenerse, el poder levantarse al caer, el seguir adelante y aprender de los errores, el nunca rendirse, el poner el corazón delante de la razón.. el corazón conoce de razones que la razón desconoce… y es que rara vez se equivoca, pues sus consejos siempre están enfocados en lo bueno, en lo justo. Nos ha enseñado a saber vivir y pasar por la vida, sin que ella nos pase sin darnos cuenta…
Pensar en un vino para ella se me hace difícil, porque no cualquier vino ofrece sus cualidades, requiero de un vino con carácter, alegre, elegante, que desate emociones, que sea divertido pero con clase, que me acompañe y celebre mis aciertos, que me consuele en mis derrotas. Que me tienda su mano para andar juntos el camino, que me preste su hombro de apoyo, que enjuague mis lágrimas, que dibuje mis sonrisas, que sea coautor de mis recuerdos.
Debe ser un vino femenino, con las cualidades de plantearse el mundo y cada día, como un desafío, que abandone sus pretensiones, sin perder su esencia.
El vino que tengo en mente se parece a ella, la identifica… como la Reina, porque es la Reina de mi familia!
Para mí ella es la Grande Damme , y sería el vino que elijo para ella. Es una gran dama, pues siempre supo guardar su puesto, con su distinción y elegancia, por su recio carácter y su dulce caricia, por ser consuelo y celebración, por su complejidad, por ser una compañera perfecta para la vida.
Ese es el vino que se me parece a ti mamy, y es lo menos que mereces después de tanto…
Brindo por ti y por todas las madres del mundo, porque Dios las bendiga y les de todos los atributos necesarios para hacer de sus hijos hombres y mujeres de bien, que les conceda larga y saludable vida al lado de sus hijos, que con consideración y respeto las traten y las quieran… se lo merecen todo, pues apenas nos han dado la vida, y nos la dan cada día con su amor y cariño.
Santé!