Buenas, buenas... tal vez mejores, esta vez en Castilla La Mancha, gracias al vino, fui a los Montes de Toledo, de los Grandes vinos de Pago de España, a degustar nada más que una variedad del Ródano que consiguió en tierras castellanas una espléndida expresión, se trata de un vino que descubrí por suerte, y que se los recomiendo por su rareza, expresión y carácter.
Es el Vallegarcía Viognier, cosecha 2011.
Vino blanco, de color dorado brillante de notable intensidad, opulento, con cuerpo y presencia, de potentes notas aromáticas a flores blancas, fruta fresca de hueso (melocotón y albaricoque) y un fondo a fruta blanca como la pera, muy bien integradas con la madera, ofrece notas minerales y ahumadas. Ligeras notas herbáceas. En boca nos da frescura con estructura, complejidad y balance, buena acidez, amplitud, untuosidad y consistencia. Asombrosa persistencia, final seco y agradable despedida. 14 % Vol.
Es un vino graso, rico y amplio, en el
que destaca su personalidad aromática; en torno a 9 ó 10º se conseguirá la mayor
expresión.
Armonía enogastronómica: Carpacho de salmón, tartar de salmón y afines.
Santé!